Hora de que comience mis alucionaciones literarias... En realidad se me vino el título al aire, primero había sido "Dos espadas y un guerrero" pero me dije... qué tiene eso de raro? Así pues lo cambié para que sonara con un poco más de... intriga. Y bueno empiezo de una vez:
Siempre me había preguntado que se sentiría cargar con una armadura de verdad y pelear contra aquellos villanos vestidos de rojo y negro, aquellos que tienen pinta de "quiero sangre" o "te voy a matar". Debía ser divertido tener peleas de verdad, el único problema es que mi más grande hazalla ha sido limpiar el cuarto donde los grandes guerreros tuvieron un banquete. Así es, llamenme el legendario cacho de este castillo.
Será mucho pedir ascender aunque sea un poco, ciertamente estoy cansado de hacerle plática a los ratones que he cazado, de bailar con las escobas al ritmo de un blues medieval. Oh vamos, se que puedo desempeñarme muy bien en batallas, claro tengo un poco de dificultad al cargar las espadas; son algo pesadas, limpie algunas, sin embargo podría ejercitarme o algo por el estilo.
Toda esta controversía nos lleva más grande y fabuloso día de mi vida, en toda mi carrera de limpiar pisos y armaduras de las demás personas, nunca me había llamado la corte real hasta el día de hoy.
"Sir chacho" por fin sería un nombre de respeto, excepto por la parte de cacho, pero lo arreglaríamos con el tiempo. Para mi gran decepción sólo me mandaron a limpiar la "majestuosa" espada del principe "berrinches", no vayan a creer que realmente se llama así. Es el nombre que le he puesto después de tantos quejidos y alaridos que ha dado durante todo el tiempo que llevo de conocerlo, que es poco, eso se los contaré más tarde.
De mala gana terminé en la gran sala diseñada única y exclusivamente para la espada ¡en realidad no puedo creer que la espada tenga todo este espacio para ella sola cuando mi cuarto no es ni la mitad de esto! Pero así es la época medieval. Para darme un gusto mayor, vino alguien a supervisarme, a puesto a que pueden adivinarlo... Un pequeño principe quejumbroso que no sabe otra cosa que, precisamente, quejarse.
Como me lo esperaba, comenzaron alaridos de "Aqui sigue sucio", "A eso llamas limpiar", "No parece que quieras comer esta semana", "Todavia tengo que pedirle a mami que me amarre las agujetas de mis costosas y patéticas botas"... Bueno eso no lo dijo, pero poco le faltaba. Mientras tanto yo, limpiaba tranquilamente sin decir ni emitir ningún tipo de ruido... Porque simplemente era absurdo seguirle la corriente a alguien de tan alto nivel social pero de poco valor en la vida.
Claro que esa no podría ser la historia; mientras tanto fuera del castillo comenzaba un asedio del pueblo enemigo. No me pregunten quienes eran, ya de por si el principe de este reino se daba a ser odioso. A decir verdad, lo podríamos matar y conseguir cien aliados para la época de la decadencia económica. Lastima que sea hijo del rey. El asedio continuaba y mientras todos huian despavoridos en los alrededores del pueblo, yo me encontraba limpiando un ridículo cuarto de una ridícula espada de un ridículo principe, mientras el se encontraba lloriqueando como una niña.
Empeorando un poco las cosas, tomaron el pueblo y comenzaba el ataque hacia el castillo y no se sorprendan de oir cual es el primer cuarto al que quisieron entrar. Así es, el cuarto del rey pero como no lo encontraron pasaron al siguiente, donde me encontraba con la niñita berrinchuda. No se cómo ni por qué pero tomé la espada, quizá la adrenalina del momento, me arroje conta los maleantes mientras que el principe cambio su cara de "bebé asustado" a "guerrero no tan asustado" y bueno antes de que pudieran acabar con su vida, fui un poco humanista y le arrojé la espada. Probablemente quería apuntarle pero lo que sucedio fue que la atrapo y comenzó a pelear de su lado. Yo tomé velocidad y me aseguré de tener mi mejor herramienta, saqué mi escoba y les di una buena tunda.
Al pasar el tiempo nos encontramos y cambiamos de "arma", claro que el se quedo en duda un momento pues tenía una escoba en sus manos, quién en su sano juicio la usaría para defenderse. Acabó el combate, si lo sé, suena muy épico para ser cierto. La verdad es que cuando saque la espada la arroje y se atoró en la puerta, esto impidió que entraran los malos y cuando intenté sacarla tumbé la puerta, pero no porque fuera un enorme masa de músculos sino porque la puerta estaba vieja, por suerte ellos no consideraban esto. Y huyeron en cuando nos vieron a los dos en el agujero donde debía estar la puerta.
Pasando un poco el momento chuzco y heroico, claro yo tuve que limpar los cadáveres y fregar los pisos, fuimos llamados ante el rey. En ese momento estaba seguro de que toda la atención se iría con él, sin embargo no hablamos del típico reino normal y monárquico en donde el rey le da toda su atención a su familia.... También le preocupa el pueblo. Así frente a todos comenzó a agradecernos por salvar a todo el reino, del mismo modo nos presentó la espada (la escoba no resistió todo el combate). El rey pensó que sería bueno que guardásemos la espada. Pero claro, ninguno de los dos estaba de acuerdo en que él otro se quedara con ella, y comenzó la discusión frente al rey... "¡Es mía!"
He encontrado tu blog, muajajaja.
ResponderBorrarPues está 2,3, el de Harrry Potter está mejor xD, jajaja no es cierto, en realidad el tuyo lo supera por mucho.
Están graciosas algunas entradas xD. Aquí me llamo Stamford McCormack jeje, pero me puedes decir Stam xD. Me imagino que ya sabes quien soy, sino pues ya ni modo xD.
Me voy,
adiós!
Jeje si, te reconozco XD
ResponderBorrarPues es bueno que te haya caido bien mi blog, probablemente en estas vacaciones en las que no tenemos nada que hacer me ponga a escribir ahi entras y lees.... Aunque luego se quejan que son muchas letras pero lo arreglare.... voy a hacer dibujos y los escaneare (como te habia dicho que hicieras XD)....
PD: tu apellido me suena a marca de mayonesa =O jeje pero esta chido.