En un principio lo tome y comence a aprender canciones pequeñas muy limitadamente porque nunca tuve suficientes teclas para tocar grandes tonadas... Y por eso me aburri y lo deje arrumbado en un armario... Tiempo después fue que nació la inicitiva de volver. Lo curioso de este tipo de actividades es que se recuerdan muchas cosas casi al instante por el simple hecho de la memoria práctica y que es como andar en bicicleta! (aunque nunca haya tenido una).
La verdad es que hasta cierto punto es reconfortante volver a tocar, la música siempre me ha dado curiosidad... Toda esa armonía, gracia y complejidad... Simplemente facinante. Lo que más me llama la atención es que si he llegado a sentir emociones por el tipo de tonada que suena... Algunas son más alegres y otras nos deprimen como música de fondo telenovelero.
De cierta forma ha sido un reecuentro inspirador con el piano, quizás algún día cuando sea millonario conseguire uno grande y aprenderé algo más complicado... Lo más seguro es que siga siendo un ocioso aún de viejo. Para bien o para mal, este no es el único instrumento que me llama, también esta la guitarra, la bateria, el violín.... y los demás tendrán su momento... Quién sabe, tal vez hasta un día aprenda a tocar el harpa....
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