Esta es la breve introducción a un breve pensamiento, con el tiempo he aprendido a que la pregunta "para qué" tiene su lado bueno y su lado malo.... Como todas las cosas tiene sus limitaciones y sus increibles beneficios y perjuicios.
El más popular es el malo, conocido singularmente por una desmotivacion. Cuando a una acción no le encontramos sentido a algo nos es conveniente decir "Bah... para qué?" Y quizás de algún modo filosófico podamos decir tiene razón. Por el hecho de que no conoce la causa de lo que hace y sin embargo nos evocamos en el camino que nos dice "Todo tiene una razón" y pocas veces nos damos cuenta de ello. Todo esto causa que acabemos con nuestras ganas de realizar alguna acción, perdiendo ese interés nada queda y se borran las ideas....
Adentrandonos más a la mente humana podemos utilizar un desmotivante para repeler la creación de emociones negativas... En mi caso aprendi que puedo quitarme de encima todo el enojo con la misma frase "Bah... para qué?".... porque simplemente no le encuentro sentido a enojarme.... las frustraciones son lo que son y las cosas pasan por algo.... Y si tengo malos momentos pues bien que genial para mi tendre un mal día y que viva Morphy: "Sonrie mañana será peor" ! Esa es la maldita actitud, no me enojare en cosas que no valgan la pena, porque si tengo malos días son para que valore los buenos.... y si tengo mala suerte es para que aprenda a valerme por habilidad no por azar!.... Para que enojarse?! Si un día perdemos tenemos toda una vida para vencer a la probabilidad y mostrarle a este universo que incluso nosotros podemos ganar!
¿Pero y el lado bueno? Conocer las posibles consecuencias de las cosas hacen que nuestra mente trabaje subconscientemente para elaborar las posibles soluciones ante estos casos... Siempre habrá una reacción en cadena que jamás sabremos donde se detiene. Así que saber para qué hacer algo, tiene lo suyo.
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